miércoles, 5 de marzo de 2014

Los conflictos en la empresa

Tradicionalmente se ha enfocado el conflicto en la empresa desde la tensión entre sindicatos y patronal (empresario-trabajador); en la actualidad, se considera en un plano más amplio, como algo cotidiano en la realidad laboral, pues es inherente a las relaciones humanas. Así, el conflicto puede surgir entre cualquiera de los miembros de la empresa (entre departamentos, entre trabajadores del mismo o distinto nivel, de trabajadores con la dirección de la empresa...) o del entorno (con los proveedores, con los clientes, con los bancos, con otras empresas, con la competencia, con el Ayuntamiento, con organizaciones empresariales, inspectores de Trabajo...).

De Manuel Gross en http://manuelgross.bligoo.com/



Ahora bien, si la empresa no resuelve adecuadamente los conflictos puede verse afectada su imagen, empeorar el clima laboral, disminuir la productividad de los trabajadores e incluso la de la empresa. Sólo las situaciones conflictivas que no se resuelven de forma adecuada pueden resultar perjudiciales para la empresa.

En el ámbito laboral se pueden poner de manifiesto muchas formas de discriminación- por sexo, raza, religión o ideas políticas por ejemplo- que pueden dar lugar a conflictos laborales.

Hace no muchos años se consideraba a los conflictos como algo negativo, como un síntoma de que algo no funcionaba. Sin embargo, actualmente se considera a los conflictos (siempre que se mantengan en determinados niveles) no sólo como algo inevitable, sino como algo positivo, una oportunidad de cambio que da lugar a cosas nuevas que pueden representar un progreso respecto de la situación anterior.

martes, 4 de marzo de 2014

El Conflicto

¿Qué es el Conflicto?

Podemos entender el conflicto desde diversas perspectivas. Según la RAE, conflicto es "combate, lucha, pelea", así como "problema, cuestión, objeto de discusión", entre otras acepciones. Nosotros lo entenderemos como la situación generada por la confrontación de intereses entre partes enfrentadas, quedando definidas dichas partes por un trabajador o grupo de estos, representantes de los trabajadores u organizaciones sindicales, y la otra por empresas o patronal.


En nuestra vida diaria no siempre coinciden nuestros intereses con los de los demás. Los conflictos se dan en el ámbito familiar, en el de las amistades, en el entorno laboral, entre empresas o entre estados. Las posibilidades de que se produzcan conflictos aumentan si hay interdependencia en las actividades que se realizan, si se comparten recursos o si hay una incompatibilidad en los objetivos.

Por tanto es importante que aprendamos a identificar, prevenir y resolverlos conflictos, utilizando herramientas como las siguientes:
  •        Habilidades sociales. Las personas que ejercitan estas capacidades en sus relaciones tienen menos posibilidades de que los conflictos se conviertan en problemas, son más hábiles para buscar soluciones.
  •     La influencia, la autoridad o el poder. Piensa en los padres, los profesores o los jefes como personas que ostentan estas cualidades y las usan para la gestión del conflicto en cualquier momento de éste.
  •             Negociando. Más adelante entraremos en más profundidad en este aspecto.


Agresividad y Frustración como respuesta al conflicto


De Santi Bianchi en Flickr CC

La frustración es el sentimiento de incapacidad y disminución de la autoestima por un obstáculo que nos impide alcanzar un objetivo o meta. Esos obstáculos pueden ser externos, morales o personales. Algunas personas ante la frustración reaccionan perseverando (lo cual es positivo si se han sopesado debidamente los pros y los contras), otras cambian el objetivo y otros acaban agrediendo.

La agresividad es la ejecución de acciones que, consciente o inconscientemente, pretenden provocar daño, ya sea psicológica y/o físicamente. Pero hemos de considerar la agresividad consecuencia de la frustración como algo normal, que le pasa a cualquier ser humano que no ha podido conseguir algo; el problema es encauzarla hacia actividades que no provoquen daño alguno, ni a nosotros mismos ni a los demás.

Ante un conflicto, se proponen entre otras, las siguientes actitudes: empatía, creatividad, asertividad, escuchar activamente, serenidad, respeto, buena educación, cuidado lenguaje corporal, mantener un tono cordial, ver los conflictos como algo normal o distinguir "lo que querrías" de "lo que puedes conseguir".